Enfermedades Pleurales
- Autor
- INER
- Fecha de publicación
- 08 de agosto de 2017
- Fecha de actualización
- 03 de noviembre de 2017
El espacio pleural es un espacio real, de aproximadamente 10 – 20 micrómetros de ancho, entre el mesotelio de la pleura viceral y la parietal.
La cavidad pleural puede ser afectada por diversas situaciones patológicas que pueden conducir a la acumulación de una cantidad anormal de líquido (derrame pleural) que puede tener diversos origenes desde infeccioso hasta neoplásico.
La pleura también puede ser asiento de enfermedades neoplásicas como es el caso de los pacientes con mesotelioma que se encuentra en relación con la exposición a asbesto.
La pleura esta compuesta de dos capas muy delgadas que recubre la superficie pulmonar. Su principal función, aunque no muy bien aclarada, es la de lubricar la superficie pulmonar con la pared interna del tórax, y así evitar su desgaste. La dos capas forman un espacio que tiene una pequeña cantidad de liquido, cuyo recambio es muy activo por lo que la cantidad es muy constante a lo largo del día. Sin embargo, esta pequeña cavidad es el blanco final de muchas enfermedades; tanto pulmonares como sistémicas, por lo que en cualquier desequilibrio, la cantidad que se produce y se reabsorbe puede ser alterada provocando que se acumule un exceso de liquido que producen falta de aire, cansancio y tos.
Cualquier enfermedad, como ya se menciono antes puede provocar derrame pleural: la insuficiencia cardiaca, la cirrosis hepática, la insuficiencia renal, las neumonías, la tuberculosis, el cáncer de pulmón, entre otras. Esta diversidad de patologías obliga a realizar estudios poco confortables para el paciente ya que consisten en tomar muestras del líquido con una aguja o hasta con un aparato llamado toracoscopio.
La cavidad pleural puede ser afectada por diversas situaciones patológicas que pueden conducir a la acumulación de una cantidad anormal de líquido (derrame pleural) que puede tener diversos origenes desde infeccioso hasta neoplásico.
La pleura también puede ser asiento de enfermedades neoplásicas como es el caso de los pacientes con mesotelioma que se encuentra en relación con la exposición a asbesto.
La pleura esta compuesta de dos capas muy delgadas que recubre la superficie pulmonar. Su principal función, aunque no muy bien aclarada, es la de lubricar la superficie pulmonar con la pared interna del tórax, y así evitar su desgaste. La dos capas forman un espacio que tiene una pequeña cantidad de liquido, cuyo recambio es muy activo por lo que la cantidad es muy constante a lo largo del día. Sin embargo, esta pequeña cavidad es el blanco final de muchas enfermedades; tanto pulmonares como sistémicas, por lo que en cualquier desequilibrio, la cantidad que se produce y se reabsorbe puede ser alterada provocando que se acumule un exceso de liquido que producen falta de aire, cansancio y tos.
Cualquier enfermedad, como ya se menciono antes puede provocar derrame pleural: la insuficiencia cardiaca, la cirrosis hepática, la insuficiencia renal, las neumonías, la tuberculosis, el cáncer de pulmón, entre otras. Esta diversidad de patologías obliga a realizar estudios poco confortables para el paciente ya que consisten en tomar muestras del líquido con una aguja o hasta con un aparato llamado toracoscopio.
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